jueves, 12 de noviembre de 2009

La luz y tú.

Hace unos cuantos minutos atrás me estaba decidiendo a escribir acerca de la soledad y algunos otros temas que se relaciona con la misma, cuando de pronto la computadora se apagó, se quedo sin energía que la hiciera funcionar al igual que todos los aparatos de la casa. Este apagón fue proseguido por unos cuantos gritos de mis vecinos que curiosamente se les da por gritar cuando se va la luz en la calle, cuando hay algúna parranda y lo unico que se les ha subido son una cuantas copitas de alcohol o cuando están viendo algún partido de fútbol y su equipo anota un gol que de una forma u otra puede definir la delgada linea entre una gloriosa victoria y una penosa derrota.
Como sea , la luz se fue en la colonia, los electrones que alimentan a los distintos dispositivos que nos permiten llevar una vida más sencilla dejaron de recorrer sus cables, ocasionando una conmoción total. ¿Cómo lo sé? no sólo fueron por los gritos de mis vecinos si no por que a unas cuantas calles del lugar donde resido, hay una avenida de suma importancia para el tránsito de la ciudad, en el cual se encuentra ubicado un semáforo, que sea dicho de paso sirve para regular la circulación y que no haya algún accidente grave; pero puedo asegurarles que no había pasado ni cinco minutos cuando se escucharon algunos chirridos de llantas, otro tanto de claxons sonando a todo lo que dan y algunos cuantos improperios dirigidos, seguramente, al conductor de a lado.
Al asomarme por la venta vi la calle completamente oscura, alumbrada en ocasionalmente por los faros de algun automovilista que lo unico que quería era llegar a su destino tratando de no impresionarse por la escena tan sobrecogedora mientras que en algunas casas se podía distinguir el débil resplandor de una vela alumbrando la sala o algun cuarto.
Esta situacion me puso a pensar como le hacían las personas, antes de que hubiera electricidad en sus casas; de que forma nos hemos vuelto tan dependientes de algo tan diminuto como un electrón que literalmente rige nuestras vidas.
Veamoslo de esta forma, gracias a la luz podemos ver la tele, trabajar en nuestras PC's, mandar mensajes de texto o hablar con nuestros conocidos por el celular, escuchar música ya sea en el iPod, en el mp3 o en la radio y que llegue un momento en que comenzemos a deseperarnos por no poderlo utilizar; sin duda fue lo que me sucedió ya que por problemas de visón ni siquiera puedo leer un buen libro a la luz de las velas y lo unico que quería era que todo estuviera bien iluminado y no tener que enfretarme a uno de los miedos más primitivos que conoce el ser humano, la oscuridad y todo lo que esta conlleva.
Es increíble como nuestros tatarabuelos o como en mi caso, mis abuelos, pudieron sobrevir sin la luz y sin todos los aparatos con los que hoy en día contamos y eran felices, tal vez más de lo que somos ahora. Es interesante ver como ha cambiado nuestra forma de ver la vida en menos e 50 años; creo que de alguna forma deberíamos adoptar algunas de las medidas que habían antes de que hubiera una difusión masiva de luz.
Por ejemplo, al no haber focos que alumbraran por las noches, las personas se dormían antes por lo que descansaban más y mejor; como no había televisón los chicos salían a jugar, hacían más ejercicio y se mantenian sanos, entre otras cosas.
Claro que no todo es malo, no vayan a pensar que soy una especie de puritano, sino todo lo contrario, me parece que de alguna manera un tanto extraña, hay más benficios, sin la luz las computadoras no podrían funcionar, no habría internet, ni páginas en donde las personas escriban sobre su vida diaria y lo que piensan de ella y ciertamente les puedo asegurar que yo no estaría escribiendo este comentario . . .





asi que ¡gracias por la luz!




1 comentario:

  1. me gusto como escribiste y describiste bien tu entorno.
    tienes muy buena redaccion aunque digas qeu das muchas vueltas.
    espero que sigas escribiendo asi me gusta qeu puedas expresarte.

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